domingo, 6 de enero de 2008

Muñeca que hace reir y llorar...

Hace años, muchos años, después de una jornada de trabajo en Madrid y antes de tomar el vuelo de vuelta a Bilbao, recordé que ese día era el cumpleaños de una sobrina de tres años.
Ví una Moña (muñeca de trapo) en un escaparate; entré y la compré; medía varios centímetros más que mi sobrina.
Llegado a Bilbao, la entregué a mi sobrina delante de su madre (mi hermana),
Mi sobrina la abrazó entre gritos de alegria y risas, y mi hermana lloró acongojada y diciendo, ¿esta, es la Muñeca que yo he deseado para mí desde que tenía la edad de Ana Balen.
Ayer me lo recordó una cincuentona llamando a una emisora para emitir el mismo sentimiento; ¿sentimientos entrañables?, ¿universales?.

Hoy, Reyes y Domingo, finalizan las fiestas de la Navidad.
Ha fallecido con 92 años la amatxo de un buen amigo; deja aquí una gran "tribu" de hijos, nietos, biznietos...etc., que apenas tenian espacio en la "Esquela mortuoria".
Como yo a la mía, supongo que ellos a la suya, la tendrán en el recuerdo entrañable por que sí, y por que "madre, sabemos seguro que no hay más que una..., pero padre..., siempre se supone.
Vale.



2 comentarios:

Germán Gómez dijo...

A veces las casualidades no parecen tales, como en tu caso cuando llevaste a tu hermana lo que ella siempre había deseado.

Lo de menos es la certeza de la paternidad, lo importante son los sentimientos como tu bien dices.

JJAMLO dijo...

Ciudadano, la muñeca era para mi sobrina, no para mi hermana, que entonces ya era mayorcita.
pero vale igaul lo que dices.
Sé feliz; hazme ese favor.