Elegía a un Gasolino
Blanco sobre azul es tu alar; rielas
al sol tardío en tu piélago, marina gaviota.
Oteas abruptos acantilados, horizontes sin sextante, líquidas colinas de sal.
Ronroneas como tórtola en celo, y
cuando tus alas emproan el éxodo de tu
lar portuario, vuelven sus miradas los orgullosos posaderos con muerto en Costa
Rica.
Gaviota azul, nacida de cenizas; revestida de sudor pero trajeada de fiesta; quien te vio y quien te ve, tras tu nuevo avío, dice ver lo que no vio.
La solidaria amistad así te ha vestido.
Navegas cual producto de un fogoso patrón ideatívo y de un ilusionado, que ajusta tus entrañas en continua y bronca pero noble y amistosa dialéctica.
Gaviota azul, que entraste malherida en Puerto Pobre ya deslizas, exultante, tu quilla en nuevas singladuras.
Al pasar te admiran nueva los moradores, que visten escamas bajo tu quilla.
Corren su voz y acuerdan, en asamblea, seguir tu estela e inmolar en el lar de tus salvadores los frutos primigenios de sus últimos amores.
He dicho...
José Julio_
en Julio de 2002
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